viernes, 13 de mayo de 2011

"Ante el problema ecológico los políticos son como drogadictos": Kumu Naidoo, director de Greenpeace Internacional




"Ante el problema ecológico que está provocando el calentamiento global, los políticos actúan como verdaderos drogadictos: saben que el problema está ahí, que es gravísimo y que traerá dramáticas consecuencias... pero siempre buscan excusas para alargar la puesta en práctica de soluciones a dicho problema"...


Con este ejemplo tan clarificador, el director de Greenpeace Internacional, el surafricano Kumu Naidoo, resumía, en la rueda de prensa previa a la charla que ofreció ayer en el Museo San Telmo, la posición de los gobernantes internacionales ante el «alarmante» problema medioambiental que está generando y seguirá generando en mayor medida el calentamiento global.


De la charla, que tuvo por título 'Nuevos paradigmas sociales y económicos para el siglo XX', el ecologista surafricano, que ya a los 15 años comenzó a luchar contra el apartheid en su país y desde entonces ha estado al frente en la defensa de los derechos humanos, anticipó en la rueda de prensa los temas que iba a tratar y que pasaban por reivindicar «una revolución en el sector energético» priorizando las energías renovables y limpias frente a las energías nucleares y de residuos fósiles.

Naidoo sacó a la mesa el problema del escape radioactivo surgido en la central japonesa de Fukushima a raíz del terremoto en el país asiático y defendió las energías renovables, no sólo para evitar esas dramáticas consecuencias, sino porque «también hemos demostrado desde Greenpeace que pueden generar empleo e inversión"


Naidoo alabó a San Sebastián, «tienen ustedes una gran suerte de vivir aquí», y el papel crítico que programas como Literaktum tienen en la conciencia de los ciudadanos para cambiar y solucionar los problemas del mundo ya que cree que tiene que ser la fuerza de los ciudadanos quienes fuercen a los gobiernos a tomar decisiones en la dirección correcta.


El activista surafricano, que se muestra optimista por los cambios que se están dando en los países árabes, dejó una «terrible» imagen para el final de su discurso: "hoy los arqueólogos cuando excavan encuentran templos maravillosas, cuando en el futuro excaven encontrarán residuos extremadamente peligrosos enterrados".